El azar y la necesidad (Catálogo de cosas rotas, 2019)
Lo desvencijado
Te comiste los astros. La voluntad de ser diletante. Comenzar siempre. Ir a tientas. Era de noche. Vestías de cascabeles. Tropezaste con uno de ellos. Arcadas. Te rascaste la nariz antes de vomitar. Expulsaste miel y galaxias.
Agruras. Todos hemos escuchado nuestros propios retortijones. A la mañana siguiente, te apareció una hendidura bajo los labios. Te quemaba. Tenías tentación de tocarte. La herida se ensanchó poco a poco. Te ibas a rascar, pero te amarraste las manos. Luego de unas horas, la abertura había crecido. Iba de tu boca hasta el ombligo. Te provocaba comezón. Tu garganta estaba ya rasgada. Ahí alcanzaste a palpar las bellas melodías que había bajo el cuello. Te amarraste unos cordones para que no se volcara lo acústico. Pero no funcionó. Ataste lo que quedaba de tu pecho con un mecate. Tu intención era conservar los sonidos. Pero se deshizo el nudo y un hacha cayó sobre tu cabeza.
Te derramaste. Galería de muñones. Cuerpo desvencijado. Coyolxauhqui instantánea.
Un río áspero fue lo que se escuchó al desmembrarse tu cuerpo. Los resoplidos raspaban. Fluir de alarmas. Algo a punto de acontecer. Azares y turbaciones. Algo que no acontece porque es vislumbre. Chillaba algo. Dolía. Cuando se produjo el accidente continuaron surgiendo ruidos. ¿Cómo se practican las perplejidades? Repites tu resquebrajamiento, pero siempre hay variaciones.
Si te dijera que tu nombre es nudo gordiano cómo te sujetarías de nuevo. Lo intentas. Tu barriga está destruida. Tu cuerpo es un globo desinflado. Componer el rompecabezas. Tú eres tu propio intérprete. Yerras. Haces lo que puedes con lo agudo, con tus pellejos, con tu estructura ósea. Te revives a fuerza de traquetearte. Encuentras tu cabeza en una de las esquinas del cielo. Haces que la boca silbe. Colocas los labios en un pedazo de carne tiesa para que soplen. Es la vejiga. Haces sonar tus órganos rotos. Sonará siempre la luna. Eres Huitzilopochtli y Coyolxauhqui. El señor de la sombra pita con muchas ganas. Así suena tu decapitación. Para siempre. Te cortarás la cabeza para siempre. Te desbaratarás para siempre. Las combinaciones son infinitas. Catálogo de cosas rotas. No hay violencia.
Rodrigo Flores