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El azar y la necesidad

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    El azar y la necesidad

    Emilio Hinojosa Carrión
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    El azar: lo accidental, lo aleatorio, las fallas, el error, lo residual, los cambios súbitos, los fenómenos imprevistos, los datos inesperados, la libertad, la posibilidad, los momentos en que los sistemas se distorsionan.

    La necesidad: aquello que está definido, las formas delimitadas, lo establecido, la estructura, lo que no admite cambios, lo predestinado, lo temperado, lo preciso, aquello escrito de antemano, los momentos en que los sistemas operan.

    Desde hace tres años trabajo con los cruces entre estos dos polos. Y tomo el sonido como el eje principal: se trata de descubrir cómo en el azar empieza a emerger una estructura necesaria y, al mismo tiempo, como en una estructura cerrada comienzan a suceder fenómenos aleatorios.

    Investigo materiales y diseño parámetros para ver cómo funcionan al relacionarse entre sí, a veces con lógicas aleatorias y otras en condiciones previamente estructuradas de maneras más precisas. La apuesta es que la labor compositiva no sea la que nos viene de la inspiración romántica, la de un músico persiguiendo una expresión estética. Mi intención es pensar los materiales, crearles un entorno para ver cómo se comportan, la manera en que conviven y se transforman. Una vez que los parámetros están definidos (ya sea con una estructura muy bien pautada o con posibilidades aleatorias) la idea es ver lo que esos materiales pueden decir por sí mismos.

    En estas piezas ocupo código de programación, técnicas de microfoneo, experimentación en el estudio de grabación, etcétera. Con estos elementos defino el concepto inicial y una partitura escrita con medios diversos: signos gráficos, dibujos, instrucciones verbales, notaciones experimentales, etcétera.

     

    El azar: “Un procreso totalmente ciego, por definición, puede conducir a algo, incluso puede conducir a la misma visión”.

    La necesidad: “Todo lo que se contastata como veraz para E. coli también debe ser cierto para los elefantes”.

    Jaques Monod.

     

    Room Tones

    Se hicieron grabaciones entre noviembre del 2018 y febrero del 2019 en treinta inmuebles de la Ciudad de México, luego se pusieron a convivir aleatoriamente superponiendo cinco o seis de estos registros mediante un código programado en SuperCollider.

     

    440 Hz

    Pieza escrita para un diapasón (afinado en 440 Hz) y percusiones (tabla, long drum, tom de piso y djembé). Se hicieron grabaciones del diapasón vibrando sobre las membranas de cada tambor, y con estos materiales se diseñó una estructura basada en la proporción pitagórica 6-9-12. Cada uno de los sonidos se va agregando linealmente a dicha estructura (con intervalos de seis, nueve o doce segundos) y por momentos se yuxtaponen. De tal forma que las modificaciones naturales de la afinación (cambios de presión en las membranas, duraciones distintas, mayor o menor vibración, etcétera) crean armonías, texturas y variaciones tímbricas, que nos permiten escuchar la paradoja de la necesidad.

     

    Manivelas

    Se hicieron grabaciones entre noviembre del 2018 y febrero del 2019 en treinta inmuebles de la Ciudad de México, luego se pusieron a convivir aleatoriamente superponiendo cinco o seis de estos registros mediante un código programado en SuperCollider.

     

    Catalogo de cosas rotas

    Cada una de las seis partes en las que está dividida la pieza corresponde a un fenómeno sonoro: aire-sonido, agotamiento, multifónicos, glissandos, digitaciones erradas, cambios de octavas. Para lograr estos, los intérpretes deben “romper” las técnicas tradicionales en sus respectivos instrumentos (flauta, fagot y clarinete bajo). Estos materiales se superponen aleatoriamente con una duración perpetua, obteniendo un catálogo que se enriquece con los diferentes sucesos de quiebre.

     

    Silba | Silva

    La pieza se basa en la forma poética de la silva, compuesta por versos endecasílabos (once sílabas) y heptasílabos (siete sílabas), de rima consonante libre, incluso dejando versos sin rima. Está escrita para cinco labios que silban en lapsos de siete y once segundos. Se hicieron ciento veinticinco grabaciones (algunas procesadas con distintos efectos) y estos materiales se van superponiendo aleatoriamente.

     

    Fanfarrias

    Para esta pieza se utilizaron grabaciones de noventa trompetas y setenta trombones que imitan el acompañamiento musical que solía hacerse en las procesiones de la realeza. Cada grabación dura dos, tres o cuatro segundos y dialogan entre sí mediante la retroalimentación amplificada. De manera azarosa se generan accidentes (basados en las alturas, las texturas y las dinámicas sonoras) y se crea una espiral imaginaria de feedbacks y fanfarrias recursivas.

     

    Flejes móviles

    Pieza mixta para marimbol y micrófonos. El intérprete solista debe tocar una sola escala cromática quince veces, modificando la afinación del instrumento hasta su rango más bajo. Con distintas técnicas de microfoneo se realizaron las grabaciones para crear la ilusión de que escuchamos el marimbol desde adentro. Estos materiales, que no tienen ningún procesamiento ni efecto electrónico posterior, se superponen en un código aleatorio en SuperCollider.